Sedhiou. La región de Casamance, al sur de Senegal, recibe su nombre del río homónimo, que separa las regiones administrativas de Ziguinchor, Kolda y Sedhiou. La capital de esta última región es el área del proyecto. La ciudad de Sedhiou cuenta con alrededor de 22.000 habitantes, frente a los 420.000 que hay en toda la región, distribuidos en numerosísimas aldeas. Las principales etnias de la zona son: Mandinka, Balantes, Diolas, Fula, Creol, Diahankey y Mancangne. La etnia mandinka se caracteriza culturalmente por la presencia del Griot, figura promotora de la cultura africana, que narra los acontecimientos históricos mediante la ayuda de un instrumento musical llamado Kora. Al igual que en el resto de Senegal, también en Sedhiou existen dos estaciones principales: la estación seca que dura de noviembre a mayo y la estación de las lluvias que dura de junio a octubre, con precipitaciones alrededor de 1000-1150 mm/año. Durante el período de sequía las temperaturas oscilan entre los 33° y los 45°. A causa de la reciente sequía, las actividades agrícolas y pesqueras se han reducido notablemente, repercutiendo en la estabilidad alimentaria de las familias. El sector económico más desarrollado en Sedhiou es la agricultura. Los principales productos agrícolas son: mijo, maíz, arroz, batatas, tapioca, cacahuetes, mango, naranja, anacardos, papaya, lechuga, zanahorias y tomate. A pesar de esta variedad de recursos alimentarios, la falta de infraestructuras impide a los productores expandir su mercado. El sistema sanitario es bastante precario. En toda la Región de Sedhiou hay solamente un hospital con pocos quirófanos y escaso personal especializado. En la región se distribuyen luego los centros de salud y los centros de primeros auxilios. La organización deficiente del sistema sanitario influye fuertemente en la mortalidad infantil (82%) y en la esperanza de vida (65 años) de la región. La falta de higiene es una de las causas principales de enfermedad. La mayor parte de la población bebe agua de pozos sin depurar y construidos artesanalmente, con los consiguientes problemas de disentería y enfermedades relacionadas con la misma. La malaria es una de las enfermedades más difundidas en la región. La tasa de analfabetismo es de casi el 50% y sobre ello influye fuertemente la falta de comunicaciones y la escasa accesibilidad económica a las escuelas secundarias. El subsuelo está caracterizado por piedra laterita rojiza y por la alternancia de bancos de arena y arcilla. Las principales formas de arte de la región son la música, el baile y la sastrería. Además existen actividades minoritarias vinculadas con la artesanía.

El terreno. El área del proyecto se desarrolla sobre la orilla del río Casamance, en un terreno particularmente arcilloso y con un desnivel mínimo. El terreno está fuertemente relacionado con el medio ambiente y el paisaje natural. El mismo se encuentra delimitado por una parte, por el río y, por otra parte, por la ciudad. La zona circundante se encuentra en expansión y se caracteriza por la presencia del mercado popular (abusivo), del mercado principal de la ciudad y de varias oficinas, además de la “Chambre de Métier”, que alberga constantemente encuentros institucionales. Entre esta última y el mercado se hallan las ruinas de la sede gubernativa de la antigua colonia con una fortaleza anexa, que actualmente se encuentra en estado de abandono. Durante la presencia de los colonos, la ciudad de Sedhiou fue la capital de Casamance. El terreno está parcialmente delimitado por algunos arrozales y está situado en la esquina del camino a lo largo del río (rue Corniche) que conecta la orilla con una de las plazas principales de la ciudad, donde tiene su sede el mercado. En el paisaje colindante destacan tres grandes árboles Ceiba, actualmente bastante raros en la ciudad, que según las antiguas tradiciones podrían tener significados místicos. En la ribera del río es posible realizar una travesía en piragua para llegar a los principales asentamientos. Cerca del área del proyecto, en el río Casamance, se encuentra la isla del diablo, así llamada por los exploradores coloniales porque albergaba eventos místicos. Una vez, la isla fue un lugar de retiro espiritual.